lunes, 25 de noviembre de 2019

LAS COSAS PASAN POR ALGO?

Las cosas pasan por algo? Esa es la pregunta, más mi respuesta sería, las cosas pasan para algo. Tan claro tengo las palabras de una persona muy allegada a la familia, que cuando paso una ¨desgracia ¨ que muchas veces lo consideramos así, replicó ¨algo bueno saldrá de esto¨ , pues bien ahora tiene dos fortachones , grandes, saludables, e inteligentes nietos!!....
Muchos de nosotros hemos escuchado o creemos que las cosas pasan siempre por algo, pero a la hora de entender y sacar el aprendizaje nos atascamos y nos cuesta sacar la conclusión del porqué paso tal o cual cosa, y maldecimos por el suceso y peor aún nos sentimos más de una vez culpables. Todo lo que sucede tiene una razón y un porque, y nada pasa por que sí, porque los cambios que en la vida suceden nunca se encaminan por un rumbo negativo ni malo, ya que algún día tendrían que cambiar las cosas y siempre van a ser para mejor, por mucho que lo dudes o te arrepientas al principio, pero estas cosas malas hacen que en un futuro aprendas y evoluciones como persona y sobre todo que puedas mirar hacia atrás y decir “este cambio me ha ayudado a mejorar como persona y a darme cuenta de muchas cosas”.
¿Por qué pasan las cosas? 
Antiguas y sabias culturas de Oriente y Occidente enseñaban que la casualidad no existe y que por el contrario, todo lo que sucede está regido por una Ley inmutable, una Ley de Acción y Reacción o de Causa y Efecto, conocida en India como «Karma». Es esta una ley de justicia universal, por la cual cada acto en pensamiento, sentimiento u obra, tiene un efecto para su ejecutor, con la misma intensidad e intención con la que fue creada.
La palabra «Karma» significa tanto acción como reacción porque ambas van íntimamente unidas. Las reacciones son los efectos lógicos unidos inevitablemente a nuestros actos.
¿Cómo actúa el karma?
Podemos entenderla mejor al verla actuar en el plano físico: Cuando se siembran semillas de tomates, se esperan, al cabo de unos meses, frutos de tomate; cuando se siembran semillas de maíz, se espera recoger mazorcas de maíz. «Lo que se siembra, se cosecha». Esto que vemos y aceptamos como ley en el mundo físico, se manifiesta también en dimensiones más sutiles, como la mental, psicológica y espiritual. La vida tiene definitivamente leyes invisibles y certeras. Karma es una de ellas.
En la Física se sabe que a toda fuerza se le opone una reacción de igual fuerza y sentido contrario. Cuando doblamos una rama inconscientemente ésta nos golpea con la misma intensidad con la que la doblamos. Así, por ejemplo, cuando se exterminan los bosques y las diversas especies y se altera la atmósfera con la contaminación, el cambio climático es un efecto inevitable. Además, este cambio en el clima provocará inundaciones, tormentas impetuosas, olas de calor y frío desmedidos, pues es ley que todo efecto es a su vez una nueva situación creada, un nueva acción que nos lleva a nuevos efectos secundarios.
En la dimensión emocional, cuando odiamos o amamos a alguien, nuestra capacidad de sentimiento se amplía o se contrae; sembramos las circunstancias para ser amados u odiados.
Esta Ley del Karma está íntimamente relacionada con otra Ley metafísica, conocida como Dharma o Ley de Armonía Universal. Si nuestros actos no han sido armónicos (buenos, justos, equilibrados), Karma nos enseña, a través del dolor, que hay algo por corregir.
Según esta Ley nuestras acciones y sus efectos van construyendo un rumbo de vida que nosotros mismos decidimos. El Karma tan sólo nos da, en prueba de justicia cósmica, lo que nos merecemos. Por lo tanto, no es un castigo, sino una posibilidad de aprender en qué nos equivocamos y qué acciones nuevas serían las armónicas, interpretando correctamente lo que nos acontece.
Quien pierde un trabajo, y se hunde en lamentos y en una actitud pesimista, en lugar de salir a buscarlo todas las horas útiles del día, define la dirección de su destino. Quien cree en su propio destino y lo persigue, tarde o temprano lo conquista a través de su esfuerzo, es decir, de sus actos. El bien no es más, entonces, que un suma de actos de bien, y nuestro mal no es otra cosa que la oscuridad momentánea de quien no halla su propio rumbo.
«Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la Ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley» (Kybalion – sabiduría egipcia)
«Todo hombre recoge las consecuencias de sus propias acciones». ( Acropoli.org )

Y tú crees en el karma_ ? o es un simple suceso de justificar las cosas para bien, siempre tendremos la oportunidad de cambiar las cosas,  así existan hechos, recordemos que muchos jueces con evidencias dejan libres a los supuestos..... Entonces ; para que paso!. RC

domingo, 17 de noviembre de 2019

Necesitas de Ti.

Necesitas de Ti.

No necesitas café; necesitas dormir.
No necesitas nicotina; necesitas caminar.
No necesitas alcohol; necesitas reír a carcajadas.
No necesitas sexo; necesitas conexión.
No necesitas estupefacientes; necesitas pensar.
No necesitas estimulantes; necesitas que te abracen.
No necesitas alucinógenos; necesitas arte.
No necesitas televisión; necesitas poesía.
No necesitas comprar; necesitas naturaleza.
No necesitas a tus proveedores; necesitas a tus dioses.
No necesitas relaciones amorosas; necesitas amor.

Te necesitas a ti.
Me necesito a mí.

Por encima de todo necesitas paz interior, lo cual exige armonía entre lo interno y externo....
Haz aquello en lo que creas, y cree en aquello que haces.